Cinco razones por las que hay que amar a ‘Street Fighter’
Este año celebramos el 25 aniversario de la saga ‘Street Fighter’, cuya entrega original aterrizó en los salones recreativos el 30 de agosto de 1987 de la mano de Capcom. La compañía no tenía ni puta idea del revuelo que iba a armar su juego de hostias, pero qué bien lo hizo.
Con motivo de esta fecha, Capcom ha lanzado un documental titulado ‘I Am Street Fighter’ en el que, en aproximadamente una hora y cuarto, recoge la historia de esta fantástica y lucrativa franquicia. Nosotros lo que vamos a hacer es repasar cinco de las muchas razones por las que ‘Street Fighter’ mola un huevo y parte del otro.
Por sus alucinantes personajes
La plantilla de personajes de la saga ‘Street Fighter’ es de lo más acojonante que se ha visto en los juegos de darse hostiazos, empezando por los Zipi y Zape de los mamporros —Ken y Ryu—, y acabando por un amante del yoga llamado Dhalsim cuyas extremidades gozan de la elasticidad de un Bubbaloo. No me quiero olvidar de Vega, un chaval de familia catalana que acabó cogiéndole gusto a eso de los toros y decidió fabricarse unas cuchillas en plan Lobezno en sus ratos libres. Nuestro representante no podría ser más alucinante.
Y Blanka es un troll:
Porque en las fases de bonus hay que romper coches
Sin venir a cuento ni nada de eso. Es un juego de hostias, ¿no? Suficiente. En las fases de bonus nos colocaban unos coches preciosos que debíamos apalizar con nudillos y espinillas. Carne contra metal. Y lo cierto es que los automóviles reventaban por todos lados.
Por el momentazo histórico conocido como The Beast Unleashed
Todavía se me ponen los pelos de punta cada vez que veo este momento. EVO 2004, seminifinales, ‘Street Fighter III’, Daigo contra Justin Wong, Ken contra Chun-Li. Lo que sucedió es parte de la historia de los videojuegos:
Así lo relata Seth Killian de Capcom (actualmente en los Santa Monica Studios de Sony):
Si te fijas en los movimientos que preceden al super de Justin, Daigo se mueve al mismo ritmo por la pantalla mientras Justin avanza y retrocede. Daigo está reflejando sus acciones. No es algo accidental. Daigo ha elegido su estrategia. Sabe que Justin quiere ponerle punto y final a la partida y que, por supuesto, la forma más dramática de hacerlo es usar el super. A Daigo no le quedará suficiente vida como para bloquearlo, y es bastante difícil hacer un parry.
Pero Daigo efectuó un parry por cada uno de los golpes del movimiento especial de Justin. Bloquear un golpe es una cosa y hacer un parry es otra muy distinta. Lo primero es fácil de llevar a cabo, se pulsa el botón de bloqueo y ya caerán los golpes, pero quita algo de salud. Lo segundo es más complicado porque hay que parar el golpe en el momento preciso y, si se hace bien, no quita salud. Daigo paró cada patada de Justin por separado y fue capaz de contraatacar. Memoria muscular, le llaman. Mucha práctica, mucha fuerza mental para que no te afecte la situación y un resultado acojonante que, por muchos años que pasen, sigue poniéndonos la piel de gallina.
Por la cantidad de monedas de cinco duros que nos hizo gastar
Mejor no las cuento porque estoy seguro de que eché demasiadas en la máquina del ‘Street Fighter II’ que había en el salón recreativo del pueblo al que iba a veranear de pequeño. Demasiadas visto con perspectiva y teniendo en cuenta que aquellas monedas de cinco duros me las daban mis padres, pero en aquel entonces a mí eso me importaba más bien poco (mi corta edad me permitía ser así de descerebrado) y disfrutaba de cada partida como si no hubiera mañana.
Aquel salón recreativo era muy grande y estaba repleto de máquinas. Por ahí andaba la del ‘Operation Wolf’ con su ametralladora. También pude echarle unas monedas, pero esos juegos para los que había que hacer cola. Y a mí lo de hacer colas siempre me pareció un rollo. Por suerte sólo tenía que darme la vuelta para reencontrarme con aquellos personajes tan molones que daban sonoras hostias a diestro y siniestro.
Por permitirnos ver a Jackie Chan disfrazado de Chun-Li
En una película llamada ‘City Hunter’ que no tenía nada que ver con ‘Street Fighter’ (de hecho está basada en un manga), pero que sólo por el homenaje que le rinde al juego ya es mejor película de ‘Street Fighter’ que las que cuentan con licencia oficial. No tiene desperdicio:
El vídeo de Jackie Chan haciendo de Chun-Li me hubiera permitido acabar este artículo en lo más alto, lo sé, pero al final he optado por cerrar con el documental del que os hablaba al principio, ese que Capcom ha sacado para conmemorar el 25 aniversario de la saga ‘Street Fighter’. Si tenéis una hora libre por delante os recomiendo que os pilléis algo de comer y de beber y que os pongáis cómodos. Que aproveche.
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