10 joyas del blues para una noche sin luna
Seguramente muchos nos hemos sentido muy tristes alguna noche. Como la tristeza es una de esas cosas que, por alguna razón, necesita retroalimentarse para ser verdaderamente efectiva, aquí van algunas canciones que pueden acompañarles en alguna de esas noches.
1. Leadbelly – Where did you sleep last night. Puede entrar por derecho en la lista de las canciones más tristes de la historia. Hasta los ruidos del disco de pizarra parecen lamentarse quedamente bajo la voz de Leadbelly. El hombre, un maestro de la guitarra de doce cuerdas, tuvo una vida tan ajetreada que parece sorprendente que realmente pudiera preocuparle dónde había dormido su chica la noche anterior; según sus propias declaraciones, en su juventud se llegaba a acostar con ocho mujeres (!) en la misma noche (!!). En cualquier caso, esta canción es tan triste que Kurt Cobain se vio en la necesidad de versionarla.
2. John Lee Hooker – Crawlin’ King Snake. Una de las mejores canciones del delta blues en una voz fundamental del Mississippi. Crawlin’ King Snake empezó a ser cantada en algún momento de los años 20, y entronca con el trabajo de otro de los grandes bluesmen de la historia, Blind Lemon Jefferson, que a su vez fue una de las mayores influencias de Lee Hooker. La grabó por primera vez en 1949, y no tardó en auparse hasta el puesto número seis del Billboard. No resulta difícil imaginar por qué.
3. Muddy Waters – You can’t lose what you ain’t never had. Cómo predica la voz del otro padre del blues de Chicago, cómo suena esa pianola de burdel. Esta canción, un auténtico clásico atemporal del blues, es un ejemplo perfecto del desapego casi metafísico de la ostentación material que a veces acompaña a la música de los pobres. Oímos la versión que Waters grabó en 1964, probablemente la más memorable de todas ellas.
4. Son House – Death letter blues. Sin duda, una de las canciones más triste de la historia del delta blues (¡que contiene muchas canciones tristes!). Claro que es difícil que la historia de un hombre que se entera de que la mujer que ama ha muerto a través de una carta que recibe una mañana sea alegre. Y eso es sólo el principio de la historia. Son House tocó este tema en innumerables ocasiones durante el revival del blues de los 60. Y bien que hizo.
5. Bukka White – Fixin’ to die. «Sé que he nacido a morir, pero odio dejar a mis hijos llorando». Pocas cosas malas se pueden decir de una canción que contiene este verso. Escrita originalmente en 1940, supone una ruptura de originalidad entre los blues que flirtean con la muerte: en Fixin’ to die la principal preocupación del letrista no es sí mismo, sino aquellos a quienes quiere. Curiosamente, esta canción fue escrita dentro del estudio a petición de los ejecutivos del sello, que no estaban satisfechos con el resto del material de Bukka. Ésta debió de salirle mejor, porque acabó versionándola Dylan para su álbum debut en 1962.
6. Skip James – Hard time killin’ floor blues. Cada nota de esta canción es más triste que la anterior. La voz de Skip James, arrastrada y amarilla, es sin duda una de las más etéreas y extrañamente emocionales de la historia del blues. Editada a mediados de los años 20 en Grafton, Hard time killin’ floor sigue siendo una de las canciones más tristes jamás hechas, en opinión de esta servidor. A pesar de que fue regrabada 30 años después, tras décadas en las que Skip entró y salió de la música —y de muchos otros sitios—, es casi imposible reproducir la desolación descarnada de la original.
7. Alvin Youngblood Hart – Illinois Blues. Ésta es otra de las grabaciones más recordadas y emocionales de Skip James, editada por primera vez en 1931. Se cree que, de hecho, Illinois Blues fue la primera canción que escribió Skip, allá por principios de los veinte, en las que narra sus experiencias como trabajador en el campo. Alvin Youngblood Hart grabó la versión que oímos para la serie de documentales Martin Scorsese meets the Blues, que desde aquí recomendamos.
8. J.B. Lenoir – Alabama Blues. Una lista de canciones sin J.B. Lenoir no estaría bien hecha. Una de las voces más certeras, originales, más humildes y claras del blues. Además, Alabama Blues pasa por ser uno de los alegatos más fuertes contra el racismo hecho en el blues hasta el momento; la canción fue editada en 1965. Versos como “You know they killed my sister and my brother, and the whole world let them peoples go down there free” (Mataron a mi hermana y mi madre y todo el mundo ha dejado que sigan libres allí) dan buena fe de ello. Como te coja en un día malo, te parte el alma.
9. John Mayall & The Bluesbreakers – The death of J.B. Lenoir. A J.B. Lenoir lo mató un coche muy despacio; tardó tres semanas en morir definitivamente desde que lo atropellaron. John Mayall, uno de los mejores músicos de esa generación de ingleses que permitió el revival del blues y su posterior integración en el rock&roll escribió este hito de las canciones tristes, este panegírico para un maestro.
10. Josh White – One meat ball. Cerramos con esta canción, grabada en 1944, que hizo que Josh White fuera el primer cantante negro que consiguió vender un millón de discos. Después de escucharla, no les extrañará. Y si han llegado hasta aquí sin sentir el nudo en la garganta o reprimir una lagrimita, ya tienen ustedes más estómago que yo.
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