Las cosas suceden por que las provocamos. Una vez que decides empezar a andar das un paso y después otro. El ser humano es bípedo, no por que lo ponga en una etiqueta, sino por que decide alzarse sobre sus cuartos traseros, mantenerse erguido y dar un paso. Yo decidí que era hora de volver a ser humano y por eso me puse de pie y empecé a correr. Hoy sigo corriendo y nada me detendrá.

Abrí los ojos y una gran felicidad me llenó por dentro. Lo primero que vi fue el dorsal de la carrera anterior. La verdad es que la primera carrera siempre es especial, cuando se va a tomar la salida siempre hay nervios, inquietud, ansia y sobre todo muchas dudas sobre como irá la carrera. Una vez que se ha comenzado a correr, la paz te inunda por completo y todo es mucho más natural.

Pequeños avances en la báscula

Hacía poco más de tres meses corriendo y casi cinco meses de dieta y ya había perdido más de 25 kilos de peso. Lo más extraño, cuando estás haciendo dieta y haciendo deporte es que tu cuerpo pierde peso con más dificultad pero sin embargo tu volumen disminuye con mucha facilidad. Ya había perdido unas ocho tallas de pantalón y notaba que mis piernas estaban dejando de ser como la de los elefantes y empezaba a ser un poco más parecidas a las piernas de una persona. El motivo por el que se pierde menos peso y sin embargo mucho volumen es por que la grasa corporal pesa menos que la musculatura y conforme vas incrementando el deporte tus músculos empiezan a crecer.

Empezando a superarme

Poco a poco mi cuerpo empezaba a responder a los entrenamientos y mis tiempos corriendo los 10 km empezaban a acercarse a la hora y decidí que ya era hora de atacar los 60 minutos en una distancia que me empezaba a ser muy familiar. Para superar ese reto un atleta amigo mío me planificó un entrenamiento con series de velocidad, el cual seguí a rajatabla, ya que tenía menos de un mes para superarlo. Tras tres semanas de entrenamiento específico para bajar de la hora, tomé la salida; 58 minutos cuatro segundos más tarde llegaba a la meta. Otro pequeño reto había caído, era el 27 de noviembre del 2011.

Siempre he pretendido hacer las cosas poco a poco, sin obsesionarme con lo que quería hacer, y me había planteado que después de bajar de la hora, intentaría empezar a entrenarme para una media maratón. Los 21 km 97 metros es la distancia que hay que cubrir y para ello deben hacerse un máximo de 16 kilómetros en un entrenamiento. Partiendo de mis 10 km, empecé a subir las distancias largas una vez por semana. En poco más de 3 semanas ya corría más de 14 kms, y el día 5 de enero del 2012 conseguí correr 18 kilómetros en una hora y 59 minutos. Ése mismo día me convencieron para apuntarme a mi primera Media Maratón.

Una media que no siempre es la mitad

Mi gran avance como corredor surgió después de un fin de semana en Valencia, dónde conocí a unos grandísimos atletas que me transmitieron su amor por correr. Son atletas populares y no tan populares, cuya gran pasión por éste deporte hace que lo transmitan con mucho cariño, por ese motivo mi primera media maratón tenía que ser por esas tierras. Fui a correr a Sagunto, una carrera que empezó con mucho frío, cuyo recorrido no era nada plano, pero lo más importante es que iba rodeado de un grupo de corredores que me animaron y me empujaron desde el primer metro. Gracias a eso conseguí acabar y me recompensaron con una banda que siempre estará conmigo.

La experiencia de finalizar una media maratón es imposible de explicar, es algo que tiene que vivirse en primera persona, ya que entran en juego muchos sentimientos y muchos factores que hacen que cada paso sea importante y cada contratiempo se convierta en un motivo para seguir luchando. Una vez que ya conoces una distancia que creías imposible te das cuenta que pierdes el miedo a repetirla. El problema no es hacer algo, sino sólo la primera vez que lo haces.

Un paso lleva a otro

Después de la media maratón de Sagunto corrí la Media Maratón de Barcelona 1 mes y poco después. Fue una carrera muy dura para mí, físicamente no me encontraba muy bien, pero me llevaron en volandas a partir del kilómetro 17. En los momentos en que ves que ya no puedes más, un simple gesto, grito de ánimo, aplauso o cualquier otra cosa puede hacer que rompas ese cristal invisible que hace que no puedas seguir. El martillo del coraje y la fuerza interior te ayuda a derruir cualquier pared que te pongan delante.

Todo en la vida se consigue confiando en uno mismo, pero también por que te sientes apoyado. Es impresionante la capacidad de las personas para superar cualquier reto y sobre todo lo fácil que superamos las cosas cuando estás rodeado de gente que te aprecia y te quiere. Soy muy afortunado de tener a mí alrededor corredores que me transmiten la seguridad que podré superarme cada día.

Madurando

No me llamaré atleta, simplemente soy un corredor que disfruta y vive su nueva pasión: correr. Las distancias largas tienden a hacernos más lentos por eso hay que ir alternando los tipos de entrenamientos. En mi afán por descubrir mis propios límites tomo la decisión de intentar bajar mi tiempo en una carrera de 10 km. Después de una media maratón, mi ritmo era un poco más lento, pero mi físico ya empezaba a responder con facilidad a los entrenamientos. Como la primera vez, empiezo a hacer series de velocidad y me preparo para intentar bajar a 55 minutos.

La carrera elegida es una de las multitudinarias que se realizan en la Ciudad Condal, La Cursa de Bombers. El problema de las carreras es que te obsesiones con ellas, ya que dejas de disfrutar y empiezas a sufrir. Correr con mi hermano me sirvió para relajarme lo suficiente y, tal y como me había planteado, conseguimos superar mi mejor marca: 55 minutos 31 segundos.

La Gran Decisión

Todo lo que me había ido planteando, lo he superado. Es clave que sólo te plantees retos lo suficientemente importantes para motivarte, pero no excesivamente grandes que se conviertan en inalcanzables. Yo tengo muy claro cuales son mis capacidades actuales y no debería intentar hacer grandes locuras pero una vez que has corrido tres medias maratones y ves que todo va tan bien decides que es hora de hacer el gran salto y plantearte La Maratón.

Un año antes ni siquiera podía correr un minuto sin asfixiarme y sin embargo ya estaba pensando en atacar la madre de las distancias olímpicas. Todo éste tiempo he ido con los pies en el suelo, sin hacer locuras y todo muy controlado. Fisioterapeutas, podólogos, analíticas, dietistas. Recuerdo cuando empezaba la dieta, con mis 159 kilos iniciales y la sensación de pensar en la distancia de maratón me hacía creer que era el camino que tenía que seguir. Sólo había una cosa que hacer antes de empezar a prepararme La Maratón, una prueba de esfuerzo. Cuando uno ha perdido más de 40 kilos de peso, el cuerpo sufre un cambio interno bestial, la tensión se reduce, las pulsaciones se relajan y respiras mucho mejor. Pero hay que tener en cuenta que si vas a hacer los 42 kilómetros, vas a someter al cuerpo a un nivel de exigencia muy grande, por lo que hay que revisar si todo funciona bien. La prueba de esfuerzo dio luz verde a mi nuevo Reto. Tenía 15 semanas por delante para preparar esa gran distancia.

Preparando el gran Reto

15 semanas son el tiempo que tengo que entrenarme para el asalto a esa cumbre, con cuatro rodajes semanales que permiten modelar el cuerpo para alcanzar la cima. Las mayores distancias se hacen en el último día de la semana. Hasta la semana 10 no superas los 20 kilómetros seguidos en un entrenamiento. Hay que ser muy metódico y constante, ya que el tiempo avanza muy rápido.
La semana 11 hay que hacer un test de ritmo corriendo una carrera de media maratón. Para mí sería la quinta de mi vida y la verdad es que fue muy bien, tanto que me permití divertirme en la carrera. Aunque parezca mentira puedes disfrutar corriendo 21 kilómetros.

El último ensayo

La semana más difícil, y la que dicta si estás preparado o no, es la irónica semana 13, ya que hay que hacer la distancia más larga con la que se prepara La Maratón: 30 kilómetros. Es muy importante que esa distancia esté muy controlada, no hay que dejar nada al azar. Hay que hidratarse mucho y sobre todo estar bien alimentado. Además es recomendable que alguien te acompañe, ya que siendo la primera vez que lo intentaba, podría tener grandes lagunas de dudas y detenerme.

Tres horas y 24 minutos después de comenzar, acababa mi entrenamiento.

No sé cómo acabará el 18 de noviembre del 2012, pero lo que tengo seguro es que comenzaré mi primera MARATÓN.

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