Participé en un reality extremo de la televisión vasca ETB, El conquistador del fin del mundo
Una de las experiencias inolvidables de mi vida fue sin duda participar en el reality extremo de la televisión autonómica de euskadi (ETB), llamado El conquistador del fin del mundo, un programa de supervivencia que básicamente consiste en vivir en la Patagonia Argentina, en plena naturaleza, realizando una serie de etapas y pruebas con falta de comida, higiene y pasando mucho frío.
Tras ganar la portada de la revista Men’s Health se abrieron algunas puertas para salir en televisiones, pero la verdad yo nunca he sido de esas personas que se mueren por salir en la tele, en realidad no me gusta mucho, me veo fatal y me muero de vergüenza, pero tras algunas entrevistas dadas a varias televisiones, en muchas me ofertaron salir en varios realities, como Gran Hermano o Supervivientes, pero no me llamaban la atención para nada vaguear ante las cámaras sin mucho más aliciente.
David Díaz Gil es un apasionado deportista que trabaja como ingeniero informático pero toda su vida siempre ha girado en torno al deporte, y no hay un sólo día que pase sin practicarlo o sin hablar de él. Actualmente es editor de Vitónica y Trendencias Belleza, y tiene un blog propio (daviddiazgil.com) donde nos habla de sus experiencias con los deportes que practica y orienta a cualquiera que le pida consejo en base a su propia experiencia.
Sin embargo la propuesta de la ETB sí me presentaba un buen reto, tenía pruebas físicas, deportes extremos, además de ir a la Patagonia, vivir a la intemperie, bajo mínimos y sobre todo vivir una experiencia que por mi mismo jamás habría experimentado, nadie pasa hambre alegremente, y menos en sus vacaciones, por que sí, esas iban a ser mis vacaciones anuales pues guardé todos los días que tenía ese año para poder tener cinco semanas libres para rodar todos los capítulos de la sexta temporada del conquis, como se le conoce por nuestra tierra.
Nos seleccionaron a 10 chicos y a 10 chicas, nos equiparon con ropa de montaña y tras 20 horas de viaje y un día, que pasamos en uno piso en Esquel, nos subieron al monte, a vivir la como pudiéramos y a sufrir como jamás antes había sufrido en la vida. Cada dos días era un capítulo el que se grababa, y constaba de una prueba de grupo, una asamblea de nominaciones y un duelo entre los nominados, pues sólo podían quedar 4 para la final.
Las duras pruebas de El conquistador del fin del mundo
Para hacer boca la primera prueba era morder un cerdo abierto en canal, colgado dentro de un pantano, sólo en ropa interior, y con las manos atadas a la espalda, y llevar trozos cada uno a su plato, fue brutal la bienvenida. Desde aquel día tengo dos cicatrices en el pecho de las costillas del cerdo que me rasgaron y con la falta de higiene se me infectaron y no se curaron como debían.
De ahí a dormir al aire libre, con bastante frío y mucho viento, dentro de un campo de concentración, con un sargento dando órdenes, sólo con el saco y 3 días sin comer nada, con pruebas de escalada en nieve, snow, lluvias heladas, circuito americano en un pantano, rodeo de terneros, esquilando ovejas, o subiendo atados por una pendiente de arena de un 50% de pendiente… esto comiendo bajo mínimos. Así fueron los primeros días hasta que llegaron Juanito Oiarzabal el gran montañero y Korta, el mejor patrón vasco de remo de todos los tiempos, y nos dividieron en equipos.
Así lidiábamos con el día a día, y poco a poco nos íbamos a eliminando, con pruebas de rafting, tiralíneas, cortando árboles, serrando, piraguas, balsas, nada en ríos helados… vamos de todo un poco. La verdad que fue todo espectacular, aunque las cámaras y que es un negocio para ganar dinero por parte de la productora hace ver que no todo es como lo sacan en la tele, hay mucha, muchísima manipulación, guiones que tiene el presentador para crear polémica, y lo peor de todo , para una persona tan competitiva como yo, es la ausencia de reglas, o mejor dicho, que si te saltas las reglas no pasa nada, te avisan una, dos, tres o las veces que te la salte, pero sin penalización alguna, y eso no es justo ni para unos ni para otros, y quita el prestigio de las pruebas.
Yo iba demasiado entrenado, escalé y reme en exceso antes de ir, demasiado carga en las pesas, un sobreentrenamiento en toda regla, vamos fatal. Encima con sobrepeso, ya que fui con 12 kilos de más para aguantar la falta de hambre, esto me hizo estar lesionado en muchas pruebas, en el hombro y en el brazo, y aunque rendía a tope, el dolor me desmoralizaba mucho.
Entre la falta de reglas pautadas en las pruebas y que el dolor cada vez era mayor, me fui desmoralizando y sabía que no iba a poder ganar, y aunque mi principal objetivo era vivir la experiencia, saber que no tenía opciones me dejó sin ganas de luchar por seguir y tras 26 días en la aventura, en mi primer duelo con un escalador me eliminó sin apenas lucha en una prueba de técnica y ascensión por cuerda en una estructura.
Lo peor de todo fue ver como lo montaron en los capítulos y lo poco que se parecía a lo que realmente vivimos, pero esa experiencia jamás me la podrían quitar, pasara lo que pasara. Está claro que éramos su producto y podían hacer lo que quisiera, pero a mi esas cosas me parece propias de gente sin escrúpulos y no van para nada conmigo.
Si bien es una experiencia inolvidable, no lo volvería hacer en ningún momento, por lo menos no sin un incentivo económico, por que sí, queridos amigos, lo hicimos todo gratis, por el amor a la verdadera aventura, y la verdad, es algo digno de contar a los nietos, como su abuelo paso penurias e hizo pruebas extremas en la Patagonía cuando era joven, y lo mejor de todo es que está todo grabado, y para muestra este vídeo:
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