Ottis Redding, Bobby Womack, los Doobie Brothers, Etta James, Marvin Gaye… La lista de grandes nombres que la música soul ha aportado a la historia del siglo XX es sorprendente, reconfortante y muy negra. A pesar de que el torbellino del rock y todas las horteradas posteriores que surgieron en los 80 enterraron un poco muchas de aquellas grandes voces y nos lo cambiaron por espectáculo y ropa de marca, la música soul se mantiene muy viva y explorando nuevas fronteras continuamente; ya sea con el jazz o con la electrónica, se abre nuevos caminos. Vamos a ver algunos ejemplos de estas nuevas voces del soul.

1. D’Angelo – Spanish Joint (Voodoo, 2000): Contaba el ingeniero de sonido Dave Pensado que una de las cosas que más le agradecía al rap y al r&b de los 90 es haber puesto en un lugar predominante a los tonos bajos, al sub bass y también al slap bass. La discografía de D’Angelo, uno de los personajes más relevantes de la historia de la escena neo-soul, es un buen ejemplo de ello. En este Spanish Joint, compuesto con el grandísimo jazzman y arreglista Roy Hargrove, las percusiones soulful, los riffs sutiles de guitarra y los golpes de bajo envuelven y te balancean durante toda la pieza.

2. Erykah Badu – Appletree (Baduizm, 1997): es imposible hablar de nuevas tendencias del soul sin hablar de Erykah Badu, quizá la voz más rompedora, más personal y más comprometida con el estilo, hasta el punto de haberse ido ganando algunos haters por el camino por ir reinventándolo sobre la marcha. Baduizm es el álbum que la colocó definitivamente en el candelero de las imprescindibles, y canciones como Appletree, con ese Rhodes acariciándote el alma y cierto feeling que no deja de recordar a Gil Scott-Heron a su manera, son buena muestra de por qué.

3. Nneka – The uncomfortable truth (Uncomfortable truth, 2005): la de Nneka Lucia Egbuna es una de esas historias atípicas. De origen nigeriano, pero criada en Alemania, Nneka asume, por un lado, el influjo estilístico de Erykah, y por el otro las enseñanzas ideológicas de grandes de la música negra como Fela Kuti o Marley. El EP Uncomfortable truth, de 2005, fue su primer trabajo, y en él ya encontramos piezas tan sugestivas como ésta, donde las influencias antes mencionadas se unen a sonidos urbanos y el toque característico de la música hecha en un MPC.

4. Amy Winehouse – Stronger than me (Frank, 2003): para la Winehouse sobran las palabras, sobre todo después de haberse convertido en uno de esos iconos vivientes (precisamente porque están muertos) del ya clásico perfil de músico que se niega a llegar a los treinta sin haberse autodestruido por el camino. Antes de que Back to Black la catapultase definitivamente a la fama ya había escrito canciones tan souleras como ésta, donde los toques de guitarra vuelven a tener un papel fundamental.

5. Terri Walker – Side by side (I am, 2006): la carrera de Terri empezó de manera más o menos accidentada, poniendo voces para el disco debut de los ingleses Shanks & Bigfoot en el año 2000 (¿se acuerdan de Sweet like chocolate?, ésa era ella). Tras su paso por la electrónica hortera, Walker se sumió en el soul y el r&b, fuertemente influenciada por las divas estadounidenses. Debutó con un single con Mos Def que tuvo mucho éxito, y tras dos álbumes en 2003 y 2005 decidió largarse de su sello y entrar en Dekkor, una pequeña discográfica donde tenía más control sobre su proceso creativo. El álbum I am (2006) es el resultado de este movimiento, y Side by side es una de sus canciones.

6. Rhian Benson – Stealin’ my peace of mind (Gold Coast, 2000): era una de las voces más prometedoras a principios de la década pasada. Colaboraciones con nombres puntos del hip hop como Slum Village, o del neo soul como Dwele, crearon gran expectativa con respecto a su primer álbum, Gold Coast, que aunque no defraudó no llegó a romper en ninguna lista de éxitos. Poco después su sello, el inglés DKG Music, se fue a pique, y ahí comenzó una carrera con altibajos que jamás ha terminado de despegar. El álbum debut, en cualquier caso, tenía canciones tan sugerentes como ésta.

7. Jill Scott – So in love (The light of the sun, 2011): fue descubierta por el batería del grupo The Roots en algún momento de 1999, y desde entonces se ha convertido en una de las artistas capaz de ser netamente modernas y a la vez entroncar directamente con la tradición de los clásicos del soul y también de esos poetas, como Scott-Heron, capaces de marcar el sentir de su pueblo. La canción que escuchamos forma parte del álbum The Light of the Sun, que debutó directamente en el número 1 en su primera semana, vendiendo 135.000 copias en la primera semana. Y bien.

8. Joss Stone – Super Duper Love (The Soul Sessions, 2003): la señorita descalza, Joss Stone, es otra de las imprescindibles del neosoul inglés, como dejó claro con The Soul Sessions, su álbum debut. Por si quedaban dudas de cuáles eran sus raíces, dedica todo su primer álbum a versionar clásicos de los 60 y los 70, con electrizante resultado. Uno de ellos es este Super Duper Love, originalmente compuesto por Sugar Billy.

Bola extra: Gill Scott-Heron – Lady Day and John Coltrane (Pieces of a man, 1971): tanto mencionar a Scott-Heron como influencia fundamental de muchos de estos artistas sólo podía saldarse recuperando uno de sus temas más míticos, más emocionantes, más meta-musicales. Este himno, en el que el poeta y músico invoca a Doris Day y a John Coltrane para salvar nuestro día (¡y de qué manera!), es imprescindible en las orejas de cualquiera que sepa disfrutar de la música.

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