Cuando en 1996 se estrenó la correcta ‘Tiempo de matar’ (‘A Time To Kill’, Joel Schumacher, 1996) muchas voces críticas tildaron a su protagonista Matthew McConaughey, que había aparecido hasta ese momento como secundario en algunas películas, como el nuevo Paul Newman, una afirmación tan atrevida como no exenta de razón. El chico sorprendía, y para bien, en ese thriller judicial lleno de caras conocidas, con una interpretación que recordaba a los inicios de Newman, salvando las distancias evidentemente. Sus siguientes trabajos a las órdenes de nada menos que Robert Zemeckis y Steven Spielberg hacían pensar en que McConaughey se comería el mundo. Pero de repente y aún contando con interesantes trabajos a las órdenes de Jonathan Mostow y Bill Paxton, algo cambia.

En la siguiente década, y salvo algún que otro papel, McConaughey entra en una espiral de comedias, cintas de acción y dramas varios de muy dudosa calidad, películas demasiado simples destinadas a un público aún más simple. Entre ellas ese desastre al lado de nuestra Penélope Cruz, quien parece contagiarle en su relación alguna especie de virus anti buenas interpretaciones, titulado ‘Sahara’ (id, Breck Eisner, 2005). Es una época en la que da igual lo guapo que sea el actor, nadie parece dar un céntimo por él ya a nadie se le ocurre pensar que es, o puede demostrar, un excelente intérprete capaz de lucirse como nadie en pantalla.

Y eso es precisamente lo que ha hecho desde el cambio de década: lucirse y callar bocas, en todo caso sorprender. Ya sea en film de poca envergadura como ‘El inocente’ (‘The Liconln Lawyer’, Brad Furman, 2011) o ‘Bernie’ (id, Richard Linklater’, 2011), en las que le echa arrojo, o dando vida a personajes que se quedarán en la retina para siempre, como su inolvidable composición en la extraña ‘Killer Joe’ (id, William Friedkin, 2011). A las órdenes de Steven Soderbergh no le importa pavonearse delante de un montón de mujeres jugueteando con su propia imagen de sex symbol, y en ‘Mud’ (id, Jeff Nochols, 2013) —para un servidor una de las mejores películas del año— toca el cielo como al parecer lo toca en la laureada ‘Dallas Buyers Club’ (id, Jean-Marc Vallée, 2013) por la que le auguran una nominación al Oscar.

Después de eso una serie de la HBO que huele a gloria y dos películas a las órdenes de Martin Scorsese y Christopher Nolan con repartos que quitan el hipo.

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