El poema que imprimió la palabra ‘condón’
Los preservativos se han usado desde hace siglos para poder, con mayor o menor fortuna, ejercer cierto control de natalidad. Sin embargo, el término “condón” no apareció impreso hasta 1665. Lo hizo en el idioma inglés. Y lo hizo a través de un poema titulado, precisamente, Un panegírico del condón, concebido por el sifilítico John Wilmot, conde de Rochester.
El mismísimo Casanova, epítome de la promiscuidad, tuvo que acatar el uso del condón, el llamado “impermeable inglés”, aquejado ya de algunas enfermedades de transmisión sexual.
Con todo, aunque tuviera un nombre, el uso del condón tal y como lo entendemos hoy en día tuvo una aceptación, digamos, lenta. Por ejemplo, en 1671, la aristócrata francesa madame de Sevigné señalaba a su hija que los condones no servían de nada porque eran “armadura contra el placer y tela de araña contra el peligro”.
Al creador del poema al condón, Wilmot, también se le atribuye el primer opúsculo pornográfico de la literatura inglesa: Sodoma o la quintaesencia de la disposición, tal y como explica el historiador Gonzalo Ugidos en su libro Chiripas de la historia:
El libro presenta a un rey lujurioso, sin duda su amigo Carlos II, que se propone “establecer la libertad de la nación” permitiendo que la sodomía fuera común en todos sus territorios. Luego, el conde de Rochester detalla las consecuencias calamitosas de la tolerancia regia. Solo se conoce un ejemplar de esta obra.
Y es que, además de poeta, Wilmot era un libertino de los que hacen leyenda, perfectamente comparable al marqués de Sade. No ha de extrañarnos, por tanto, que Wilmont murió a los 32 años de edad de sífilis, alcoholismo y depresión.
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