Desnudos fugaces en Snapchat que quiere Facebook (pero no tus amigos)
Está todo inventado, ya no hay nada que nos sorprenda… así hasta mil frases hechas que parecen ser verdades absolutas en este momento. ¿Qué nos puede sorprender? La gente y cómo usa la tecnología, no la tecnología en sí. Nosotros seguimos pudiendo sorprender a cualquiera. Un móvil, una cámara y una red social. Todo eso está más que desarrollado pero si ahora metes el componente desnudo y un tiempo de 10 segundos para que se borre la imagen tienes Snapchat. Una forma más de vivir con miedo a encontrar a un amigo donde menos quieres hacerlo.
Mientras que otras redes sociales como Facebook o Instagram luchan para combatir el porno con sus grandes valores morales, hay quienes sí se aprovechan de una de las industrias más rentables y sin barreras geográficas. Ahí está Tumblr o Twitter mirando para otro lado, a la pantalla, a donde está parte de su tráfico entre voyeurs conectados entre sí. Faltaba superar esta línea, lograr tener más miedo a entrar en una aplicación por ver a quién puedes encontrarte.
Chatroulette hizo gracia cuando salió. Tuvo su pico de actividad a lo Second Life y ahora muchos pueden considerar que está muerto para su forma de ver la vida a base de tweets por segundo. Si no aparece en la próxima media hora ya no está de moda. Aquel sistema de videochats tampoco innovaba nada pero lograba conectar a gente anónima entre sí de forma aleatoria. Y a veces pasaban cosas muy raras, cuando no se daba el caso de encontrarte con un buen miembro en pantalla deseándote las buenas noches. Chatroulette era tan aburrido como los juegos de palabras en Twitter.
La locura con las fotos parece tener su punto fuerte en Instagram y sus queridos hashtags y filtros. De repente Facebook se interesa en Snapchat y los socios fundadores rechazan una oferta por 3.000 dólares. Un proyecto que unos jóvenes de la universidad de Stanford habían lanzado en septiembre de 2011 recibe los tres ceros y se mandan a la papelera. Poco más tarde de que Instagram sí fuese comprada por Facebook por 1.000 millones de dólares. Ahora mismo en Snapchat ya se están subiendo más de 350 millones de fotos cada día (Instagram está lejos de llegar a los 100 millones).
Las fotos de Snapchat desaparecen tras un tiempo máximo de 10 segundos. El lado voyeur se ampara en la fugacidad para dejarse ver en un destello y luego creer que ya no lo verá nadie. La picardía del pillo que hace la gamberrada en la sombra mientras que en la vida normal se comporta de manera impecable. Y entre tanta foto trivial unas cuantas de desnudos. El pillo fugaz tendría que pensar que si está todo inventado también lo está quien logra capturar esas imágenes de alguna manera en una web convirtiendo su colegial salida del tiesto en una prueba más para conservar en Internet.
Tras Snapchat unas cuantas webs para retratar a los intrépidos aventureros de los desnudos rápidos; con los posteriores intentos por cerrarlas. La vergüenza que no existe durante 10 segundos. Si pasan 11 quizá la cosa cambia. Y mientras que ningún amigo aparezca donde no tiene que hacerlo. Somos increíbles. ¿Está todo inventado? No mientras nos den 10 segundos para actuar.
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