Cuando Paul McCartney tocó en el Coliseo ante 500.000 personas
En enero de 2003, Paul McCartney anunció que había elegido el Coliseo romano para dar uno de sus conciertos en su gira europea el 10 de mayo. Tan solo 400 personas iban a ser las que escucharían al beatle entre las piedras milenarias que vieron luchar a los gladiadores.
Las entradas de este concierto se subastaron por Internet, en una acción a favor de la ONG Adopt-a-Minefield, y llegaron a alcanzar unos precios de unos 1.300 euros. Entre las ruinas, McCartney se permitió bromear asegurando: “Somos la primera banda en tocar aquí desde The Christians” y durante hora y media desgranó su repertorio ante unos pocos afortunados.
Patricia Tablado es una periodista a la que se le cruzaron por el camino las nuevas tecnologías. Actualmente escribe en Decoesfera y colabora como freelance en varias publicaciones de papel. Podéis seguirla en su blog, donde afirma que la vida no es un desfile de modelos o en Twitter @patchgirl
Por aquel entonces yo vivía en Siena, una pequeña ciudad de provincias a 300 km de la capital y, aunque había oído hablar del concierto del Coliseo, mi economía de estudiante no me permitía ni siquiera soñar con poder escuchar al sir en directo en un lugar tan evocador como Roma. Así pues, aquel fin de semana de mayo fue el elegido por mis amigos para irnos de acampada al monte, por lo que esa noche del 10 de mayo me la pasé sin dormir dedicada a otros menesteres.
Pero hete aquí que tu destino se decide por otro lado, y a tu destino le da igual que duermas o que no duermas, porque si algo ha de suceder, sucede si ponemos algo de nuestra parte. Y el destino vino a despertarme de la siesta en un caluroso 11 de mayo, cuando intentaba recuperarme de la noche toledana y tenía la voz de una amiga que me decía que estaba en Roma y que se había enterado de que Paul McCartney iba a dar un concierto gratis esa misma noche en la vía de los Foros Imperiales.
Si hubiera vivido en un dibujo animado, os aseguro que habría dejado mi silueta recortada en la puerta. Agarré mi mochila de los viajes improvisados y salí sin pensármelo dos veces y sin saber si iba a tener un autobús que me llevara a la capital a esa hora. Tras cuatro horas de viaje ya estaba enfrente de la Basílica de Constantino esperando uno de los acontecimientos de esos que cuentas a tus nietos.La noche no tardó en llegar y con ella los primeros acordes de Hello, Goodbye tocados por un Paul McCartney que cumpliría 61 años semanas después.
El concierto de los Foros Imperiales sigue siendo al que ha asistido más gente de todos los que ha dado el beatle en solitario, y uno de los más recordados por los 500.000 que estuvimos ahí durante tres horas. La setlist incluía temas de McCartney en solitario, alguno de los Wings y, por supuesto, de los Beatles.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando recordó a sus compañeros fallecidos, a John Lennon con su Here today y a George Harrison con su Something. McCartney chapurreó unas palabras en italiano e incluso se atrevió con el Volare de Modugno, momento en el que los italianos que nos rodeaban entraron en éxtasis (y he de decir que acertó más con la letra que los Gipsy Kings).
Fue un concierto único entre las ruinas romanas, en las que estábamos 500.000 personas a una voz cantando las canciones que tantas veces habíamos escuchado e incluso McCartney, que se sabía querido, salió hasta dos veces para los bises. No puedo decir nada más que aquel concierto fue inolvidable. Como inolvidable fue la circunstancia de que el Ayuntamiento romano no había previsto tal afluencia de público y tuvimos que volvernos andando cruzando un cementerio. Pero como dice el dicho, esa es otra historia que será contada en otra ocasión…
Fotos | Live Collection, The Colosseum
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