Charlotte Gainsbourg, la ninfómana de Lars von Trier
03 dic 2013 | 7:22
La irreverencia de Lars von Trier se mira desde un palco de la ópera destartalado, oscuro, con unos pequeños prismáticos y ruborizado (cada uno escoge el porqué). Al final está aquí la historia de sexo querida por el danés. Como competencia reciente tendrá a una ‘Shame‘ de Steve McQueen que compartirá protagonismo en carteleras con ‘Nymphomaniac‘ solo que esta vez será mediante esclavos (’12 años de esclavitud’). Charlotte Gainsbourg recoge el guante de Trier por tercera ocasión consecutiva para ser su ninfómana.
Mientras unos crecíamos con películas de Disney en VHS, álbumes de fotos intercambiando el blanco y negro con el color, Charlotte Gainsbourg encontraba el vídeo de ‘Je t’aime moi non plus‘ más apropiado. Bajo la lluvia una pareja disfrutando de las palabras dedicadas por su padre, Serge Gainsbourg, a su madre, Jane Birkin aunque al final fuese Brigitte Bardot la rubia que tuviese en mente en un inicio. La censura responde bien, en su línea, para aumentar el mito, las ventas y su estupidez. Los amantes siguen sobre la lluvia tan a gustos. No sabían que décadas más tarde llegaría Lars von Trier con el cestillo.
De orejas y nariz prominente, Serge Gainsbourg es de los feos que junto a Charlie Watts han follado más que sus compañeros atractivos. La hija sale como una réplica exacta a su madre con los rasgos duros del padre. Experta en torniquetes pesados en medio de la montaña mientras que Willem Dafoe piensa por qué el director no le llamaría solo para hacer de gustoso pecador antes que convertirle en un nuevo castrato. Los negros que protegen a Charlotte Gainsbourg han quitado todas las posibles armas de su alcance. Además le han quitado la tontería del fin del mundo. El planeta ya se la pegó contra la Tierra, Kirsten Dunst hizo bien en no volver a una película del danés y ella vive en el sueño de Resines, de ahí que comparta diversión con dichos hombres.
Sexo, violencia y mucha pose desde el concepto del cartel. Lo mismo von Trier ha puesto el ‘Je t’aime moi non plus’ para lograr mejorar la eficacia del sistema Stanislavski a sus pupilos.
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