Vuelta al mundo en moto. Lo que querías saber y nunca te atreviste a preguntar
Dar la vuelta al mundo en moto se puede considerar hoy la aventura total. Con la democratización del transporte aéreo y la gran oferta de vuelos, el planeta parece haberse reducido de tamaño; sin embargo, el desafío de circunnavegar el globo terráqueo “overland”, o sea, por carretera, lo devuelve a sus verdaderas dimensiones. El mundo es enorme y recorrerlo kilómetro a kilómetro demuestra cuan diverso es. Hacerlo sobre dos ruedas aúna, además, a la emoción de un viaje extremo el gran dinamismo, la sobredosis de adrenalina y la total cercanía con paisajes, culturas y gentes que proporciona un vehículo tan icónico como una motocicleta.
Miquel Silvestre es escritor, viajero y gran bebedor de cerveza. Ha recorrido en motocicleta más de 85 países tras las huellas de los exploradores españoles menos conocidos para tratar de rescatar el recuerdo de una épica de quijotes, santos y locos. Además de numerosas obras de ficción ha publicado dos libros de viajes: Un millón de piedras con 15.000 kilómetros africanos en su interior y Europa Low Cost, o como recorrer el viejo continente en moto sin pedir vacaciones ni arruinarse. Puedes seguir sus tropezones por el mundo en Un Millón de Piedras y en Twitter en @MiquelSilvestre.
Para viajar en moto hacen falta dos cosas: ganas de viajar y una moto. Respecto a lo primero, las damos por supuesto si estás leyendo este artículo. Respecto a lo segundo, cualquiera puede servir. En los sesenta, Manuel Maristany cruzó África en una Montesa Impala; también en esa misma época, dos estudiantes de Derecho, Santiago Guillen y Antonio Veciana, dieron la vuelta al mundo en 79 días ¡sobre una Vespa 150 con matrícula de Albacete! Hay Vespinos que han llegado a Cabo Norte e hiperdeportivas que cruzaron selvas.
Todo es posible con paciencia y conocimientos de mecánica; no obstante, si pretendemos viajar cómodos y seguros con una montura apta para recorrer el asfalto pero también los pedregales o el campo a través, pues no siempre existirán carreteras allá donde iremos, las motocicletas ideales para el empeño son las llamadas trail, capaces de todo siempre que seamos conscientes de sus limitaciones. Las trail no son motos de enduro, pero tampoco las motos de enduro pueden cargar ochenta kilos de equipaje y todavía llevar un pasajero. Cualquier trail auténtica puede salir del paso en una pista. El límite lo suele poner más el piloto que la máquina.
El origen de las trail se encuentra en la BMW R 80 G/S, que surgió de la nada o “out of the blue”, como dicen los ingleses, en 1980. Una moto diseñada para poder rodar tanto en la carretera como en el campo sin ser la mejor en ninguno de estos dos terrenos. El modelo de la empresa de Baviera pronto se convirtió en icono después de que Aubert Auriol ganara con ella una de las primeras ediciones del rally Paris Dakar. Había nacido la moto de aventura. Este concepto de motocicleta total ha tenido un éxito formidable y actualmente casi todas las marcas incorporan una gran trail en su catálogo.
Mi elección es la BMW GS 1200 por capacidad de carga, fiabilidad y sencillo mantenimiento. De neumáticos sin cámara, un pinchazo se puede reparar en cinco minutos con el kit adecuado. Carece de cadena que engrasar ya que funciona por cardan y su motor es en esencia el mismo desde los años treinta. El mítico boxer, un propulsor simple que cualquier mecánico conoce. Los concesionarios BMW funcionan como auténticas embajadas. Tal vez en Kazajistán no tengan la pieza que necesitas, pero a través del importador local y del sistema estandarizado de pedidos, la mandarán de Alemania en pocos días.
Neumáticos y suspensión. Lo que une el motor al suelo son las gomas y los amortiguadores. Respecto a lo primero, la gama es amplia y hay para todos los gustos. Mi consejo es equipar neumáticos mixtos de tacos. La mayor parte del tiempo viajo por asfalto, pero cuando surge un barrizal, un camino de cabras, un manchón de arena o un prado, el taco te saca del lío, cosa que las gomas mixtas de carretera no hacen. Especialmente son efectivos en arena y barro. El taco mixto se comporta bien en asfalto, siempre que respetemos los límites, pero incluso para eso son útiles. Sabiendo que llevas tacos y mucho peso encima, no te sentirás tan seguro para correr más de la cuenta. Hay que recordar que un accidente termina con tu sueño y además puede suponer un peligro enorme en según qué países con deficiente asistencia sanitaria.
Mi elección son los Metzeler Karoo T ahora que la marca anuncia una modificación en su compuesto que los hace más duraderos. La duración es el talón de Aquiles de los tacos, por eso deberemos cargar al menos con una cubierta trasera en algunos tramos donde posiblemente no encontremos repuesto, pero si por ejemplo cruzamos África por la costa este, no tendremos problemas para reponer en Nairobi y en Sudáfrica.
La suspensión es quizá el punto flaco de todas las motos de serie. Normalmente, el comprador medio no necesita un amortiguador de alta gama; pero para viajar por todo el mundo con una moto con equipaje, sobre cualquier terreno y en no pocas ocasiones con pasajero. Mi elección son los TFX. De calidad igual o superior a otras marcas muy conocidas y que invierten mucho dinero en publicidad, los holandeses son más baratos, completamente artesanales y hechos por gente que conoce la moto como usuario.
El atractivo del viaje en moto es que no hay barreras entre el paisaje y el piloto. Tú eres el exterior. O sea, tú eres la carrocería y estás expuesto al mal tiempo, al calor, al frío, al agua y al viento. Es por tanto imprescindible proveerse del equipo adecuado porque esa ropa será tu única protección. Básicamente hacen falta botas, guantes, pantalón, chaqueta, casco y gafas. Lo mismo que cuando sea usa moto en casa, pero con una diferencia, en un recorrido tan largo que pasa por tantos países diversos habrá también diferencias sustanciales en el clima. El uniforme ha de ser resistente pero apto tanto para el verano como para el invierno.
Botas: el calzado debe ser rígido pero flexible. Debe proteger en caso de caída, golpe, lluvia y frío, pero debe permitir andar sin sufrimiento puesto que quien se plantea una vuelta al mundo lo hace por curiosidad y hay mucho ahí fuera que ver: templos, ruinas, cataratas… y no siempre podemos ir en moto. Debemos aparcar y caminar sin que se nos destrocen los pies. Las botas tipo enduro ofrecen muy buena protección pero son demasiado rígidas.Mi elección son las botas modelo Santiago de la marca BMW con suela de tipo militar y caña reforzada. Combinan equilibradamente la resistencia con la flexibilidad. Sirven tanto en Cabo Norte como en Egipto.
Guantes: conviene llevar varios pares puesto que ocupan poco y tarde o temprano se acabarán perdiendo, lo mismo que ocurre con las gafas de sol. Como mínimo, mete en el equipaje unos de verano y otros de invierno con membrana goretex, pero que no sean tan gruesos que eliminen la sensibilidad.
Traje: el cuero es bonito pero poco práctico par un viaje así. Los mejores trajes para este propósito son los diseñados específicamente para trail con buenas protecciones en codos, espalda y hombros, muchos bolsillos, forro interior impermeable para cuando llueve y hace frío, pero con aberturas ventiladas que permitan la entrada de aire para los momentos en que la temperatura sube.
Mi elección es el Rally 3 de BMW porque cumple todos esos requisitos pero además ofrece un práctico camel back en la espalda para poder beber agua sin tener que bajarse de la moto. La deshidratación en climas cálidos es un terrible enemigo pues causa fatiga y falta de concentración.
Conviene llevar un juego de ropa interior térmica si pensamos pasar por zonas montañosas o muy septentrionales como Nepal, Alaska o Noruega.
Casco. Uno de los elementos más importantes. Muchos aventureros optan por el casco cerrado tipo enduro, pero mi consejo es optar por un modular que permita levantar la parte delantera y ofrecer el rostro a cualquier interlocutor. La razón es que un motorista con casco es un hombre enmascarado y eso genera desconfianza. Si mostramos nuestra cara evitamos ese efecto. Es muy útil para entablar relación con los lugareños, para pasar fronteras, para superar controles. La cara, siempre visible, será nuestro mejor pasaporte.
Mi elección es el BMW System 6 porque además de ser modular, es ligero, muy silencioso a altas velocidades y permite adaptar un sistema de intercomunicadores bluetooth muy útil cuando viajamos con otro compañero.
Gafas. Nos protegen tanto del sol como del viento y los insectos si llevamos la visera abierta. Es de los elementos que más pierdo, así que siempre llevo repuesto. Mi elección son las deportivas de Adidas Eyewear porque las patillas son desmontables y pivotan sobre un eje para que se ajusten ergonómicamente. Admiten dos juegos de lentes distintos, uno para visión diurna y otro nocturna.
Un viaje en moto de este calibre supone llevar encima todo lo necesario para vivir varios meses en la carretera. El equipaje debe incluir algo de ropa de civil, equipo de acampada, las herramientas más imprescindibles, un compresor eléctrico, cámaras de foto y vídeo, un ordenador portátil, navaja suiza, tapones para los oídos y repelente antimosquitos. Y luego todo lo que nos quepa, que será poco. Un motorista es un nómada y pronto aprende a renunciar a lo accesorio.
Pero tan importante como el contenido es el continente. Hay que llevar el equipaje de modo seguro y estable. Actualmente, el mercado de accesorios ofrece una gran variedad de maletas que van desde las alforjas textiles hasta los baúles rígidos de metal o plástico.
Mi elección actual son las de BMW. Resistentes, ligeras y de gran volumen, en caso de caída protegen al piloto. Al estar cerradas con llave y ancladas al chasis son difíciles de robar, pero si las queremos quitar para callejear el sistema de sujeción es tan sencillo como un clip. Se encastran en dos segundos.
Mecánica. No hace falta ser mecánico para dar la vuelta al mundo en moto. Yo no tengo mucha idea. Soy escritor, sé de palabras no de bielas o reguladores. Los mejores mecánicos están ahí fuera. En África o Asia encontrarás tipos imaginativos y espabilados que sabrían hacer funcionar tu moto un millón de kilómetros porque es lo que hacen con cualquier vehículo. Allí no hay piezas, pero hay imaginación. Conviene no obstante proveerse del libro taller de tu modelo para tener una guía que seguir. Sin embargo, sí conviene saber algunas cosas básicas antes de ponerse en marcha, como cambiar el aceite, tensar la cadena, sustituir filtros, pastillas de freno y bujías, reparar un pinchazo y una cosa muy importante: desmontar la rueda delantera y volverla a montar. Toda vuelta al mundo supone dar dos o tres saltos marítimos o aéreos para superar océanos o países cerrados como Birmania. En esos casos hay que meter la moto en un cajón lo más pequeño posible.
Información. La mejor información está en Internet. Hay que buscarla en los foros y webs especializadas. No solo han de ser de motos, porque quien cruce una frontera en coche o a pie sabrá los problemas que nos vamos a encontrar, pero si obtenemos información fresca de otros motoristas nos será sin duda mucho más útil porque nos enfrentaremos a los mismos problemas que ellos en materia de combustible, documentación y alojamiento. Mi elección es la web en inglés www.horizonsunlimited.com
La documentación es capítulo de importancia capital. El mundo está compartimentado en Estados, separados unos de otros por líneas divisorias llamadas fronteras. Cruzarlas por tierra es ya en sí mismo toda una aventura.
Hay que distinguir dos tipos de documentos, los personales y los del vehículo. Para los primeros debemos ir armados de un pasaporte lo más nuevo posible. Muchos países no aceptan conceder visados si tienen menos de seis meses de vigencia. Hay que enterarse de en cuales se puede obtener la visa en frontera y en cuales no. También hay que recordar de que en caso de que pensemos visitar Israel es posible pedir un segundo pasaporte válido pues con el sello de ese país tendremos cerrados muchas naciones musulmanas. Hay que obtener también un permiso de conducir internacional. Teniendo el A1, en cualquier delegación de Tráfico no los harán en el momento.
Para la moto, además de la documentación ordinaria: permiso de circulación, ficha técnica y el seguro carta verde, que solo cubre en los países suscritos al tratado (cubre por ejemplo en Rusia, en Turquía y en Israel, pero no más allá), deberemos proveernos de un documento especial que exigen algunos Estados: el Carne du Passage, que es algo así como el pasaporte del vehículo y su objetivo es evitar importaciones ilegales. Lo expide el RACE exigiendo un aval que cubra el valor venal de la moto por si recibe una reclamación aduanera del país de destino.
Seguros. Es conveniente hacerse un seguro médico y de repatriación, pero ojo, mirando con cuidado la letra pequeña porque entre las exclusiones algunos mencionan expresamente los accidentes en moto.
Actualmente, el planeta está muy bien conectado. En ocasiones demasiado. En todos los países y ciudades se encuentran hoteles con wifi. Y cuando no, siempre queda cerca un cibercafé. Respecto a la telefonía, si nos mantenemos cerca de las vías principales de comunicación son innecesarios los teléfonos satélites. La telefonía móvil es omnipresente en todo el mundo y resulta sencillo comprar tarjetas en cada país para hacer llamadas locales o para que nos llamen desde España. Muchas de ellas ofrecen también conexión 3G.
Mi elección: Iphone 4. Una herramienta fabulosa para el viajero por su conexión wifi y alguna de sus aplicaciones como el Google Map, el Accuweather, el Aroundme y el Booking.com.
Un viaje de esta categoría exige documentarlo adecuadamente dado que será una de las experiencias más trascendentales de nuestra vida. Volveremos distintos. Lo sé por experiencia. Lo he vivido y lo he visto en otros. Si salimos de casa sin un buen equipo fotográfico lo lamentaremos profundamente pues todos los días nos saltarán a la retina escenas e imágenes únicas e irrepetibles. En mi caso, yo viajo para contarlo en revistas y libros, pero aunque se trata de un viajero amateur, el mercado actual ofrece cámaras de gran calidad a precios contenidos.
Fotográficas. Siempre dos. Lo peor que te puede pasar es quedarte sin cámara en el desierto de Sudán y no poder conseguir otra pues no hay segundas oportunidades ni dos días iguales. Un repuesto es imprescindible.
Mi elección es Canon EOS 60D como réflex con dos lentes: un 17-85 y un ojo de pez para cogerlo todo. Muchas veces fotografiaremos monumentos o edificios, el mío es 10-14, y la Nikon Coolpix P90 como compacta siempre a mano.
Vídeo. El viaje en moto es dinámico, ha de grabarse el movimiento. Actualmente hay buenas cámaras HD para instalar en el casco. Mi elección es la Contour HD Roam por ser la más discreta de todas. Con ella he grabado el paso por fronteras, controles policiales, intentos de extorsión por parte de militares corruptos y, por supuesto también, los más fantásticos y bellos recorridos por este planeta nuestro tan grande y diverso, que desde el cercano balcón de una moto nos ofrecerá su verdadera realidad y una aventura total que jamás olvidaremos.
Para saber más, lee ‘Un millón de piedras’.
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