Tan seco que da sed
Sergio Parra
07 jun 2013 | 10:55
Hay cosas que dan sed. La sal, por ejemplo. También hay novelas que dan sed: aún recuerdo que tras la lectura de un particularmente angustioso pasaje de la angustiosa El juego de Gerald, de Stephen King, tuve que ir corriendo a buscar un vaso de agua bien fresca. Y, naturalmente, también hay lugares que dan sed, muchísima sed.
Como el lugar más caluroso del mundo, que dejando a un lado las saunas turcas, es Dallol, en Etiopía, donde la media anual no baja de los 34,4 ºC. Con todo, la máxima temperatura registrada con el mercurio fue en Azizyah, Libia: el 13 de septiembre de 1922 se registradon nada menos que 58 grados ºC.
Otros lugares no son tan calurosos, pero sí son tan secos que te cuartean los labios, como el desierto de Atacama, en Chile, donde sólo llueve 0,1 milímetros de agua de media anual, es decir, que es 250 veces más seco que el desierto del Sáhara, donde llueve una media de 25 litros anuales. Atacama también ostenta el récord de la sequía más larga jamás registrada: duró 400 años.
Si no queréis salir del ámbito español, entonces deberéis visitar “la sartén de Andalucía”. Este seductor apelativo es el que recibe el municipio de Écija, en la provincia de Sevilla, ya que se registran aquí unas temperaturas veraniegas capaces de freír un huevo en el asfalto.
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