Jean Genet: escritor, canalla y prostituto
Jean Genet (1910-1986), además de ser un interesante escritor francés, fue una suerte de delincuente profesional y pícaro vocacional, y su excitante vida fue una historia de robos, engaños, cárceles, literatura y pastillas de jabón.
Novelista, poeta y dramaturgo de fama universal, Genet empezó muy pronto con sus problemas con la ley: con apenas diez años de edad. Genet, pues, acusado de hurtos menores, pasó buena parte de su infancia recluido en diversos reformatorios.
Ya convertido en adulto y canalla, tras haber servido en el ejército durante un breve período de tiempo, Genet entró y salió de la cárcel por los más diversos y trapisondos motivos: robo, mendicidad, falsificación de documentos… e incluso conducta impúdica y obscena, pues llegó a prostituirse en la vía pública.
Tantas condenas consecutivas pusieron de manifiesto la ineficacia de la dimensión reformatoria de la cárcel el díscolo Genet, de modo que éste fue finalmente condenado a cadena perpetua. Afortunadamente, la condena fue revocada gracias al indulto que solicitaron al Presidente de la República diversos personajes de la vida artística e intelectual del panorama francés, como Pablo Picasoo, Jean-Paul Sartre o Jean Cocteau.
No es extraño, pues, que muchas de las obras de Genet hubiesen sido escritas en las cárceles de Fresnes, Tourelles o Santé, tales como El milagro de la rosa, El condenado a muerte o la novela autobiográfica Diario de un ladrón. Todas sus obras, obviamente, reflejan sus experiencias como encarcelado y como delincuente.
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