El puenting para liberar tensiones
Un simple salto, un arnés al cuerpo, una cuerda elástica y muchas ganas de disfrutar de la sensación de caer al vacío sin el hecho de acabar con la cabeza contra la superficie. El puenting es pura adrenalina y como experiencia extrema lo podemos experimentar de muchas maneras. Aquí unos cuantos ejemplos.
Adiós a la edad.
La recomendación de la semana sirve para cuidar los rastros de una buena cantidad de años encima. Juventud divino tesoro, conservarnos siempre jóvenes… no existen milagros. Aún así, podemos demorar los efectos del envejecimiento, ocultar las bolsas y las ojeras. Todo con Vita lift 5.
Una grúa en medio de la ciudad
Sin necesidad de complicarnos la vida y de buscar opciones originales, el puenting dentro de la ciudad es posible con una grúa y unos profesionales detrás que certifiquen la seguridad de la misma. Está claro que no hay que hacerlo de forma loca y por nuestra cuenta.
¿Miedo a una presa?
Salimos de la ciudad pero sin dejar de lado las grandes construcciones, como una buena presa. ¿Algún miedo a tocar con la pared de ésta? Ninguno. Encima en esta ocasión la cuerda es larguísima y nos acerca al suelo lo más cerca posible.
Hasta Corea del Sur para hacer puenting
Cualquier viaje es bueno para hacer puenting y si es Corea del Sur también vale.
A ras del agua
La sensación de tocar el suelo sin hacerlo es una de las mejores del puenting y si lo que tenemos bajo nuestra cabeza es agua mejor aún.
El salto en puenting más alto del mundo
Cualquier experiencia en puenting está bien pero nada como vivir un record Guinness. Está en Macao y son 233 metros de caída, 61 plantas de altura para hacernos una idea. Es en la Torre de Macau.
¿Te atreves?
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