Nadie te garantiza que no te vayas a dar una hostia. Lo siento mucho, hay que hablar en plata porque lo más probable es que te la acabes dando y yo tengo el deber de informarte. Que te la vas a dar, amigo. Te molan los deportes extremos, a nosotros también, mucho pero la hostia está ahí, en el aíre y como hagas este Down Hill Taxco con la bicicleta llevarás un alto porcentaje para que te toque la papeleta de la rifa con premio.

Antes de nada, coge un avión señor, o bien tienes la suerte de estar en México, concretamente en Taxco de Alarcón, una ciudad situada al sur de dicho país, sin llegar a la bota, antes, en el estado Guerrero, a poco que conozcas el país y hayas pensado hacer turismo por él te has encontrado con esta localidad, allí está el Templo de Santa Prisca, muy bonito él, con sus dos torres y dos cúpulas del siglo XVIII, del estilo barroco novohispano.

Todo ideal, qué estampa más bucólica pero aviso, que ya sabes que está en el aíre eso que tú y yo sabemos como diría el grande Luqui y este templo no te va a librar de ello. Hablamos de bicicletas, de downhill (esta vez no es por la nieve) y de disfrutar al máximo la ciudad.

El Down Hill Taxco tiene lugar en el pleno centro de esta ciudad de generosas cuestas, rampas puestas para la ocasión para probar los saltos más curiosos entre arena, piedras y gente en los balcones mirando cómo te la vas a dar. Qué onda guero te van a decir mientras saboreas esa arena.

Hay algunos profesionales de la vida que mientras saltan se atreven a adornarse con la bicicleta, esos no prueban las piedras con las rodillas, son muy listos. En una cuesta en pendiente hay que superar varios montículos. Pocos son los que logran llegar a la meta con éxito, buen estilo al saltar, porque esa es otra, no vale hacer lo más básico para asegurar, hay que triunfar, y tomarse de paso un buen chili extra picante.

Además nos meteremos por distintos caminos naturales de arena, árboles y piedras que luego irán comunicando con escaleras por la ciudad, con una pendiente terrible. Lo mejor son los pequeños callejones por los que nos meteremos, no aptos para quienes sufran claustrofobia ni para quienes no sepan dar al freno tras tales curvas. Después de correr la Down Hill Taxco ese chili está más que ganado. Qué onda, amigos.

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