Surfear olas de ceniza negra en Nicaragua
Nicaragua es una de las joyas escondidas de América. Si te acercas a este pequeño gran país centroamericano te asombrará descubrir un escenario perfecto para vivir las mejores aventuras. Montañas, lagos, playas caribeñas y sobre el Pacífico, selvas y plantaciones, ríos y lagos que te aseguran las condiciones ideales.
Recuerdo que la última vez que estuve por allí, comenzaban a desarrollarse pequeños emprendimietos de turismo de aventura, aprovechando el desafío que ofrece su geografía. Sin embargo no estaba aún disponible la posibilidad de practicar esta variedad de sandboarding.
A poco más de 20 kilómetros de la ciudad de León, está uno de los tantos volcanes que se encadenan en todo Centroamérica. El volcán Cerro Negro, sin embargo, es muy curioso por varias circunstancias. En primer lugar, es uno de los pocos volcanes del mundo del que podemos conocer su fecha exacta de nacimiento: 13 de abril de 1850, día en que abruptamente la tierra tembló y se abrió para darle espacio.
Desde entonces ha despertado 11 veces, y con esas erupciones ha ido tapidanzo sus laderas perfectas de una densa capa de ceniza volcánica. El sustrato ideal para los fanáticos del sandboarding, variante del snowboard. Así, desde hace unos años se ha desarrollado una artesanal industria que provee apoyatura a quienes se atreven con el desafío.
Las condidiones son realmente únicas: la ceniza humea aún, y su temperatura es bastante elevada por lo que el descenso debe hacerse con trajes especiales: monos naranja sobre la ceniza negra. El ascenso a la cima del Cerro Negro a los 400 metros, se hace a pie, lentamente, uno detrás del otro para no salirse del sendero seguro. Y una vez allí, disfrutas las vistas del entorno: volcanes y selvas, el cráter abierto o la cadena de volcanes a la distancia. Luego, a vestirse de aventura para lanzarse por las laderas, con una pendiente de 40 grados. ¡Alucina!
Además, del volcán Cerro Negro te aseguras volver con una experiencia única y un buen puñado de amigos del mundo entero, ya que los extranjeros llegan a él atraídos por el perfume de la aventura. Me lo apunto para la próxima.
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