Diez películas de la 46 edición del Festival de Sitges a las que seguir la pista
Parece que fue ayer cuando os reseñaba diez películas del Festival de San Sebastián a las que seguir la pista. Más de cuarenta películas después, vuelvo a hacer lo propio pero con el festival de cine fantástico de Sitges, que se ha celebrado del 11 al 20 de octubre en la preciosa y fotogénica ciudad barcelonesa. En mis reflexiones pre-festivales ya lo dejaba claro: Sitges es otro rollo. Las películas malas se viven de otra forma y circula en el aire un ambiente gamberro que eleva una experiencia empañada de nuevo por detalles organizativos que deterioran mucho la imagen del evento. Pero no toda la experiencia festivalera puede nutrirse de cómica mediocridad y, aunque he vuelto con alguna joya memorable en la lista de visionados, las películas redondas, completas, han brillado por su ausencia; este año la programación ha sido infectada por el cáncer del tercer acto desastroso. Una pena, porque sería mucho más llevadero si lo flojo fueran los arranques…
Only Lovers Left Alive
Jim Jarmusch enamora con este drama romántico protagonizado por unos vampiros hipsters algo emos. Las dos horas de metraje nos invitan a formar parte del profundo cariño y la embriagadora complicidad de esta pareja protagonizada por unos fantásticos Tilda Swinton y Tom Hiddleston (que nada tiene que ver su papel con esta grandeza semierótica). Ese amor por la música, por el arte y la cultura en la historia se combinan con una mirada irónica a ese postureo que junto con el tono melancólico-existencial y una hipnótica sensualidad hacen el resto. Se queda a puertas de la matrícula de honor por esa herramienta narrativa poco original y salida de tono a la que se reduce el personaje de Mia Wasikowska. Por cierto, yo compraría la música de Adam (compuesta por Sqürl).
Leviathan
Disclamer: ‘Leviathan’ es videoarte. Para los que aún no habéis saltado de párrafo, este nada convencional documental nos traslada a la húmeda y balanceante jornada laboral de un barco pesquero. ‘Leviathan’ es técnica y estética, y por ambas brilla. Aunque efectivamente sea una obra que invite a la reflexión en varios aspectos, es la imagen y sonido lo que la convierten en una experiencia interesante. No todos los planos funcionan (algunos son, de hecho, tediosamente largos) pero cuando explota el punto de vista distinto; cuando vemos el barco, el océano, el pescador, el pescado, las gaviotas y la sangre desde perspectivas imposibles, es cuando atrapa. Perdonadme, será por deformación profesional pero ya sólo por la logística, yo estaba fascinada.
Sólo Dios perdona
Y ya que hablamos del tema, pasemos a lo nuevo de Nicolas Winding Refn, que consiguió su reconocimiento popular con ‘Drive’. En ‘Only God Forgives’ vuelve a dirigir a un hierático Ryan Gosling en una historia cuya esencia es extremadamente simple y básica –que no vacía- de la que está lejos de ser el protagonista. La protagonista real es la estética, que viste con la música, los colores, la perspectiva, la simetría y la atmósfera inquietante una fría historia de venganza y violencia; el único elemento de calor lo da Kristin Scott Thomas en ya uno de mis papeles femeninos favoritos del año.
We are what we are
Drama familiar oscuro y opresivo en el que Jim Mickle (que presentó hace tres años en Sitges la fallida ‘Stake Land’) que re-imagina la película mexicana ‘Somos lo que hay’. El propio pulso narrativo de la película hace que sea de esas en las que cuanto menos se sepa, mejor; me limitaré, por tanto, al punto de partida: una madre de familia muere y sus dos hijas adolescentes se han de enfrentar a las responsabilidades y costumbres excéntricas a las que su padre sigue arraigado. Para dejarse llevar por el crescendo de su tensión.
Esas películas que nunca fueron
Ese fascinante mundo de los proyectos titánicos y los development hell del cine ha tenido cabida por partida doble en Sitges. ‘Jodorowsky’s Dune’ la comentaba hace unos días al hilo de la presencia del cineasta en el festival, un documental que nos muestra el pedregoso camino que se topó Jodorowsky en su intento de adaptar ‘Dune’. Esa misma perseverancia e ímpetu de llevar a cabo una obra maestra se refleja también en las dos décadas que Richard Williams invirtió en ‘El ladrón de Bagdad’, película de animación que finalmente acabaría en manos de un estudio y lejos de las intenciones de Williams (¿Quién engañó a Roger Rabbit?), un viaje que nos muestran en ‘Persistence of Vision’.
Ambos documentales perfilan a la perfección el carácter de ambos cineastas y ponen sobre la mesa varias reflexiones interesantes, como el entender entre quién se reparte la culpa o la influencia que dos proyectos que nunca llegaron a existir han tenido en la cinematografía posterior. La austera producción –y a veces torpe montaje- acaba empequeñeciendo a ‘Persistence of Vision’ en comparación con el interesante, divertido y exquisito ‘Jodorowsky’s Dune’, pero ambos son muy interesantes; el primero es, de hecho, esencial para los amantes de la animación.
For those in peril (y Upstream Color)
Un joven es el único superviviente de un naufragio. Los cuerpos del resto de la tripulación, entre la que se encuentra su hermano, no se han encontrado. Mientras él intenta esquivar la rabia, la pérdida y el dolor convenciéndose de que aún hay esperanza, el pequeño pueblo pesquero escocés donde vive lo estigmatiza. Si no ha quedado claro, soy una espectadora que disfruta entregándose al cine más sensorial. Ese cine donde lo visual y lo emocional toma mucha más relevancia que lo narrativo; ese cine al que pertenece ‘For those in peril’. Al igual que ‘Upstream Color’, lo nuevo de Shane Carrouth (aunque en Sitges lo traten de director novel a la hora de entregarle premios) y una cinta de ciencia ficción bella y estimulante que Carrouth distribuyó por su cuenta a finales de esta primavera.
Grand Piano
Eugenio Mira inauguraba el festival con su nueva película, un thriller protagonizado por Elijah Wood donde interpreta a un pianista malogrado que, en su vuelta a las teclas para honrar a su maestro, se encuentra un directo mensaje en la partitura: Si fallas una sola nota, morirás. ‘Grand Piano’ es uno de los títulos cuyo último acto en general y clímax en particular no está a la altura de la propuesta. Si bien es cierto que requiere cierta suspensión de incredulidad para muchos aspectos de la trama, el combo que forman la música con la puesta en escena de Mira consiguieron hipnotizarme; muchos planos hitchockianos y una tensión más que conseguida equilibran la valoración final hacia lo positivo.
Lesson of the Evil
Takashi Miike ha sido uno de los homenajeados de la edición. Además de programar una retrospectiva, el festival ha estrenado sus dos últimas películas (por no perder la costumbre); una de ellas es ‘Lesson of the Evil’, un violento slasher de instituto que se cuece a fuego lento. Miike arranca jugando con la alegoría, la intriga y los diferentes frentes para acabar en la más gloriosa y sangrienta matanza en la que no faltan referencias a la relevancia de este tema en Estados Unidos. Un horror que no puedes dejar de mirar.
Borgman
Acabo con la ganadora del premio a mejor película en la sección oficial fantastic y con otro de los títulos víctimas del desenlace decepcionante. ‘Borgman’, la elegida por Holanda para competir en los Oscar del próximo año, podría haber servido como precuela de ‘Canino’, una historia de manipulación y alienación con mucho humor negro y un desarrollo inquietante que acaba de forma precipitada y con una falta total de datos que ayuden a que el mensaje o la película calen. Una pena, aunque el balance final sea positivo.
Menciones especiales
Vuelvo a guardarme el décimo puesto para enumerar otros títulos interesantes que nos ha dejado el festival. ‘Interior. Leather Bar’ recrea los 40 minutos censurados de ‘Cruissing’ con Al Pacino. James Franco dirige y produce este peculiar y necesario documental que intenta sacar los colores al Hollywood más comercial por su hipocresía. Edgar Wright no decepciona con ‘The World’s End’, la última película de su trilogía paródica protagonizada por Simon Pegg. ‘Gente en sitios’ es una peculiar apuesta patria que reúne sketches de pocos minutos mayormente cómicos y ‘The Sacrament’ es el único título que se salva de la mediocridad que puebla el found footage, una inquietante y malrollera historia basada en hechos reales. Y acabo afirmando, con sorpresa, que ‘Insidious 2’ no inventará nada, pero está a la altura de la primera parte. No es por hacerme la dura pero a mí no se me asusta tan fácilmente, y James Wan compensa la cutrez de sus escenarios con un hábil manejo de la cámara para generar tensión. Siempre hay un rincón que temer. Desgraciadamente, me perdí alguna de las sorpresas del festival; acabo con alguna para que las tengáis en cuenta: ‘Coherence’, ‘Big Bad Wolves’, ‘Drug War’.
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