The Who, el triunfo del marketing en el aniversario de ‘I Can’t Explain’
Got a feeling inside (Can’t explain)
It’s a certain kind (Can’t explain)
I feel hot and cold (Can’t explain)
Yeah, down in my soul, yeah (Can’t explain)
The Who eran un grupo de don nadies y lo hubiesen sido si no se cruza por delante un astuto y locuaz Peter Meaden, sustituido al poco por Kit Lambert que hacía de pareja con Chris Stamp, dos nombres cuyas maniobras empresariales aportarían grandes momentos a la música (Jimi Hendrix de por medio). ‘I Can’t Explain‘ cumple hoy 48 años desde que aquel 15 de enero fuese lanzado en Gran Bretaña y meses más tarde lograse el primer octavo puesto de la banda en las listas de su país.
Un pato sin cabeza
The Who como tal, los verdaderos, llegaron en el momento justo de la llamada invasión británica y enseguida cogieron su vespa (no tan querida) para ponerse al frente. Mientras The Beatles iban en Rolls Royce y The Rolling Stones aún buscaban un sonido propio que les alejase de ser otro clon de R&B más pero con varios singles y álbumes avanzados.
Ese gusto por la música negra del R&B, el blues y el skiffle compartido por esta joven generación nos dejaba unos The Detours sin el artificio que años más tarde les valdría para triunfar en todo el mundo y jugar con la ópera rock entre brillos horteras y pinballs. Por aquel entonces aún no estaba la banda original, faltaba la dinamita y la locura aportada por Keith Moon que entraría en 1964 sustituyendo a Doug Sandom, además, Colin Dawson le quitaba el puesto de líder e imagen al potente Roger Daltrey que aún hoy sigue con la voz intacta en directo.
The Hair y Peter Meaden
La banda ahora conocida como The Who pudo llamarse The Hair gracias a un inconsciente Pete Townshend posiblemente enamorado de la melena rizada de su amigo Roger Daltrey. Sugirió dicho nombre puesto que The Detours estaba cogido por otra banda. Al final acabaron siendo The Who gracias al compañero de piso de Townshend aunque la gracia les duraría poco porque caerían en las manos de un vendemotos integral llamado Peter Meaden.
Meaden buscaba ser el nuevo Brian Epstein o Andrew Oldham. Con este último estuvo trabajando durante un tiempo junto a los Rolling Stones y quería volar libre para llevárselo limpio claro, no por ser la hermanita de la caridad de nadie. Vio en The Who un potencial a explotar, tenían talento y querían triunfar. Peter Meaden iba de mod y quería sacar tajada de esto mismo.
Si The Who necesitaban algo eso era marketing, de ahí que fuesen unos don nadies. Por la cara bonita no iban a triunfar (solo lo intentó Roger Daltrey años más tarde con álbumes más horteras que sus rizos), ni siquiera por la nariz de Townshead, todo un posible icono para una joven sociedad con ganas de ensalzar cualquier tazón de pelo. Puestos a ensalzar el pelo, ¿por qué no esa tocha? Peter Meaden les hizo un lavado de cara completa y les metió en la escena mod sin que estos tuviesen ni idea de por dónde cojeaba esta. ¿Que tenían que ser mods para triunfar? Pues lo eran.
The High Numbers fue su nuevo nombre y ‘I’m the Face‘ su intento por hacerse un tema jipijopero actual a base de luchas de egos pero sin bling bling ni bitches que eran los 60 y Townshead aún no había probado grandes dosis de alcohol. The High Numbers se comieron un mojón con el single. Fin de la historia con Peter Meaden. Verano de 1964.
I Can’t Explain pero se ganaron su sitio
Peter Meaden pudo hacer del grupo su chaqueta pero les supo apuntar una dirección por la cual tirar. Les puso una imagen que posteriormente defenderían como iconos de una escena mod que seguían sin merecer ni pertenecer pero aún hoy son parte principal de ella. En esa historia aparece la pareja Kit Lambert y Chris Stamp. Juntos deciden empezar a grabar una película con los presentes High Numbers para que al poco Lambert se convierta en su manager y posteriormente en su productor.
La figura de Lambert es fundamental en la historia de The Who, en especial en los álbumes The Who Sell Out y Tommy. Pero antes de eso volvemos a ‘I Can’t Explain‘. El grupo había conseguido llamar la atención con la chorrada de romper los instrumentos por error y un techo bajo en uno de sus directos y el marketing aumentaba.
Esta publicidad en torno a ellos les hizo más grandes que grupos del momento mejores que ellos como The Kinks y The Yardbirds, de quienes encima cogen ideas para el tema del que hablamos. ‘I Can’t Explain‘ ya tenía el poso de unos grandes Kinks que sí habían publicado un debut enorme en 1964. Shel Tamy era el productor de este y The Who se lo llevan a su bando a finales de 1964, en noviembre, para que les produjese algo parecido con el cual llegaron al número 8 en las listas británicas meses más tarde en 1965.
Si el ritmo y el productor se lo robaron a los Kinks, el guitarrista sería el próximo The Yardbirds. Nada menos que Jimmy Page, que en 1966 se hizo con el puesto de su amigo Eric Clapton. Por aquel momento Page era un músico de sesión y participó en grandes álbumes. Aunque luego siempre está la historia de si en la versión final está la aportación de Page o no, otro de los culebrones de la música.
‘I Can’t Explain’ no triunfó en los Estados Unidos pero junto a ‘Anyway, Anyhow, Anywhere’, publicada en mayo de 1965, facilitaron el trabajo para que, en octubre en Gran Bretaña y en noviembre en Estados Unidos, ‘My Generation‘ se convirtiese en un himno.
Roger Daltrey entonaba una de esas letras de Townshead que vistas ahora con el contexto de la época tienen un sarcasmo fino (sin buscarlo). Ellos no se lo explicaban pero empezaron a arrasar.
I said I can’t explain, yeah
You drive me out of my mind
Yeah, I’m the worrying kind, babe
I said I can’t explain
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