Aún recientes las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, en las que afortunadamente Barack Obama ha salido vencedor, vamos hoy con otro de esos tops cinematográficos que tanto reclamáis. Aunque personalmente no me gusta mezclar política con cine, ya que me parece algo así como mezclar mierda con arte, hay determinados casos —quizá demasiados— en los que no podemos desvincular ambos campos, y ya no hablemos de las películas manipuladoras, ideológicamente hablando, pero ese sería otro tema completamente distinto. Hoy nos centramos en las mejores películas ambientas en un contexto político, y cuyos valores ético/estéticos encuentran el equilibrio adecuado. Pasen y disfruten.

‘El político’

De Robert Rossen, director a tener en cuenta por esta y por más películas, una de los films que mejor reflejan el ambiente político. La historia quizá sea algo manida, ya que se trata del ascenso y caída de un buen hombre cuando se ve absorbido por el mundo de la política, el cual le proporciona un poder apabullante. Sólo por la majestuosa interpretación de Broderick Crawford ya merece la pena ver la película; el actor se llevó el Oscar al lado de Mercedes McCambridge y la película. La labor de Rossen fue ignorada en los premios, yendo a parar a Joseph L. Mankiewicz, un director todo terreno que jamás se metería en guisas de esta índole.

‘Tempestad sobre Washington’

La demostración palpable de que la forma de narrar puede hacer interesante un tema en apariencia aburrido. La política para mí lo es —y más aún en estos tiempos en los que esos payasos no poseen apenas credibilidad—, y en este caso el gran Otto Preminger —director de films tan imprescindibles como ‘Laura’ (id, 1944)— logra el milagro. Con un reparto absolutamente espectacular en la línea de las grandes superproducciones llenas de estrellas, el film versa sobre la elección por parte del presidente de los Estados Unidos de un nuevo secretario, sobre el que sale a la luz un escándalo. No ha perdido ni un ápice en frescura y fuerza, y ver a Charles Laughton, o Gene Tierney, es todo un placer.

‘Bullworth’

A juicio de quien esto firma la mejor película de Warren Beatty director, y curiosamente la menos conocida de todas. Atrevida sin igual, sobre todo en el cine actual, osa ridiculizar la figura de los políticos con la historia de uno liberal, que harto de ser una farsa, decide emborracharse y volverse honesto a ritmo de hip hop, desconcertando a todo del mundo, pero sobre todo gustando al pueblo. Con un Beatty absolutamente desbocado —el papel lo requiere— hay secuencias para el recuerdo como el destapar vergüenzas políticas cantando un rap, o proponer una historia de amor como las de antes. Halle Berry asomaba su físico cuando aún no era una estrella.

‘Caballero sin espada’

Una de las películas de Frank Capra más populares, y también de las mejor consideradas. Un hombre sencillo será utilizado por un grupo de políticos desalmados al enviarle al senado de los Estados Unidos; les saldrá el tiro por la culata cuando el hombre sencillo demuestre tener agallas para volverse contra ellos, símbolos absolutos de la corrupción. Con inolvidables composiciones de James Stewart, Jean Arthur y Claude Rains, el film deja huella en su espectacular discurso final, capaz de tirar por tierra todos los argumentos posibles en contra de la verdad y la honestidad, valores no muy considerados dentro del mundo político.

‘El último hurra’

Una de las películas más complejas del gran John Ford, esta vez alejado del universo western y entrando de lleno en la política para hablar sobre el aspecto humano de esas figuras cada vez más odiadas. ‘El último hurra’ (‘The Last Hurrah’, 1958) versa sobre los últimos días de un político, alcalde de su ciudad y enfrentado a un rival más joven, apuesto y respaldado por un mayor número de personas. Ford indaga, con esa mirada lírica que caracteriza su cine, en el asumir una derrota con valentía y la cabeza bien alta, pues un político, por mucho que lo hayan querido, ha de enfrentarse alguna vez al final de su carrera. Si añadimos que dicho personaje tiene los rasgos de Spencer Tracy, comandando otro impresionante reparto, el disfrute está asegurado, y la certeza de que es una película que deberían ver todo esos especímenes no se difumina jamás.

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