Si el Downhill no va a la montaña, la “montaña” va al Downhill. Cuando en 1976 los primeros pioneros de la bicicleta de montaña se dieron cita en la Repack Road nunca pasó por sus cabezas que lo que estaban iniciando llegaría tan lejos. Armados con cuadros de bicicletas “de paseo” se lanzaron por los cortafuegos de Fairfax, California, fundiendo aquellos sobre-calentados frenos que funcionaban al pedalear en sentido contrario. Aquel 22 de octubre acababa de nacer el Downhill y, por ende, la bicicleta de montaña o Mountainbike.

En tan sólo un par de años desarrollaron las bases de la primera mountainbike que se produjo en masa, la Specialized Stumpjumper de 1981. Desde entonces se han dado pasos de gigante en las posibilidades de estos vehículos habilitándolos para llegar hasta límites nunca imaginados y actualmente guardando un tremendo parecido a las motos de enduro o motocross. Cuadros ultra-ligeros fabricados en fibra de carbono, llantas y ruedas sin cámara resistentes a los golpes, horquillas delanteras de 200mm de recorrido y frenos de disco invitan al aficionado a disfrutar más y en mejores condiciones de las dos ruedas.

Además, la profesionalización del deporte ha provocado que los atletas puedan concentrarse única y exclusivamente en su trabajo sobre dos rueda. Así, cada año, las cotas y récords anteriores se ven superados sin grandes problemas.

La espectacularidad del descenso tradicional no será puesta en duda por cualquier persona mínimamente interesada en estas actividades. Una velocidad de vértigo por caminos de tierra de apenas un metro de ancho junto a largos y constantes saltos al vacío aseguran entretenimiento y adrenalina a partes iguales. Pero después de varias décadas pasando por piedras, tierra, barro y árboles el Downhill necesitaba nuevos objetivos que acabaran de darle un impulso necesario.

Downhill Urbano, cuando la bicicleta de montaña abandona montaña

Abandona la montaña y se mete en algunas de las ciudades situadas a más altura del mundo. Se buscan callejuelas, largas escalinatas etc… junglas de ladrillo y cemento que acojan a los más atrevidos ciclistas. El suelo se vuelve radicalmente duro y aparecen numerosos elementos en forma de farolas, barandillas o muros, utilizados a veces como apoyo en el aire. Pero lo que es más importante, se lleva a la puerta de tu casa, literalmente, uno de los más espectaculares deportes extremos. Una estrategia que asegura una buena cantidad de público.

Los barrios altos de ciudades del sur de países como Bolivia, Chile o Colombia son los mejores entornos, aunque este tipo de eventos comienzan a surgir en todos los rincones del mundo. Se pierde el factor naturaleza y off-road que lo caracteriza pero a cambio recibimos una gran dosis de adrenalina.

Downhill como deporte de invierno

Ahora que ha llegado el frío invernal, nada mejor que mostrar que el deporte de esta estación no depende de unos esquíes. En las nevadas lomas de los Alpes se ven velocidades puntas de más de 140km/h… pero sobre dos ruedas de goma.

Cada año los amantes de la bicicleta de los países del centro de Europa se reúnen en algunas de las pistas más populares de la zona para participar en eventos como la Glacier Bike Downhill de Saas-Fee que tenéis sobre estas líneas. Una oportunidad única para pasarlo en grande, disfrutar de la adrenalina y de paso viajar un poco por el viejo continente.

En 1001 Experiencias | Red Bull Rampage, el freeride más peligroso del mundo
En 1001 Experiencias | Red Bull Rampage, el Freeride más peligroso del mundo